miércoles, 3 de octubre de 2018

30ª Carrera Nocturna del Guadalquivir

30 aniversario de la Carrera Nocturna, y de las 30 ediciones 16ª vez que yo participo.
En esta ocasión con mi hijo Javi, y su amigo Mario que por cierto completó la carrera en menos de 30', llegando a meta entre los 20 o 30 primeros, que máquina.
Javi está un poco falto de forma y el plan era que iríamos juntos a cola de carrera corriendo lento y lo que pudiéramos, por los problemas que seguramente habría para avanzar.

En ésta ocasión, me enteré por el programa de radio de La Jugada de Canal Sur, que poniendo un tweet con una foto corriendo y un hashtag, te daban un regalo de dorsal gratis para la carrera. Así que por eso los 3 pudimos correr la carrera de gratis. Mucha gente había sin dorsal, y con dorsales troleados de otras carreras, si hubieran sabido ésto podrían haber tenido hasta camiseta gratis y un terrible refresco de almendras de Coca Cola. A tomar buena nota para el año que viene.

No sé por qué los días antes de la carrera pensaba que habría menos gente que otras veces, pero cuando nos acercábamos a la salida, ya parecía todo lo contrario. Además en este año la zona de parque por donde está el Líbano, la cerraron para que no se pudiera acceder por ahí, había que acceder al último cajón de salida desde detrás del todo. Nos despedimos de Mario, que se iba para los cajones delanteros, y fuimos a la entrada desde detrás del todo, donde había una gran aglomeración por el control de los sin-dorsales.

Llegamos como unos 10 minutos antes sólo, y el arco de salida se veía lejísimos cuando ya no podíamos avanzar más para adelante. Por detrás también se veía mucha gente.


Amenizando hasta el pistoletazo el loco de Juan Garrido, menudos pulmones que tiene. Y al dar la salida, o bien parados o avanzando muy poco a poco, hasta que pudimos pasar el arco prácticamente 9 minutos después del pistoletazo. Los primeros ya estarían prácticamente en el kilómetro 3. Nunca jamas en ninguna carrera he tardado tanto en llegar a la salida, y ni mucho menos eramos de los últimos. Detrás venía mucha gente.

Empieza la carrera y no se puede hacer más que prácticamente un trote muy cochinero. Mucha gente andando, pero al menos no había locos dando acelerones inútiles. La gran masa de gente avanzaba como podía pero una forma más o menos uniforme.
Los dos primeros kilómetros por el Paseo de Colón, como siempre mucho calor se notaba y el ritmo muy cercano a los 7', pero como digo sin hacer paradas. Cuando nos aproximábamos al paso subterráneo de Arjona decidimos no pasar por el túnel sino ir por arriba, que había menos gente y ya pudimos correr en menos de 6'30, tampoco había ganas de ir mucho más rápido. Lo que no tuvimos más remedio es al llegar a Torneo, buscar un hueco para hacer una parada técnica. Aunque por Torneo, en el carril izquierdo se podía correr perfectamente, esta parada nos hizo perder más tiempo de la cuenta, y al girar a la derecha en el puente de la Barqueta para ir hacia la Macarena, de nuevo volvimos a entrar en la bulla donde se podía avanzar sólo con muchísima lentitud.

Un poco antes de llegar al kilómetro 5 se encuentra el agua. De nuevo hubo que parar a buscar una botella, porque la marabunta que se formó fue tremenda. Como no se sabe cuántas mesas con botellas hay, todo el mundo intenta coger de la primera que ve, y hacía calor como para necesitar beber algunos tragos de agua.

Esto hizo que el paso por los kilómetros 4 y 5 se fueran bastante por encima de los 7'. Luego intenté poner un ritmo algo más rapidito, pero Javi ya se encontraba con algunos dolores y muy cansado. Aún así no volvimos a pararnos hasta pasar la meta y los 3 ultimos kilómetros salieron aproximadamente en 6'30 cada uno, algo menos.
En la recta de meta no pude saludar a Juan Garrido como en otros años, pues se encontraban repartiendo los trofeos a los ganadores. Entramos con un tiempo real de algo más de 58', unos segundos menos tan sólo que el año pasado cuando hice la carrera con Jose.
Después de la llegada, más colas para coger el agua, y los botes de Powerade, que se encontraban muy muy al final de todo, seguramente para intentar que mucha gente se fuera sin ellos. Luego cuando fuimos a salir del vallado para volver por el mismo camino por donde habíamos entrado, hacia el puente de Los Remedios, resulta que no dejaban pasar, por lo que tuvimos que volvernos y llegar hasta allí por dentro del Parque de Maria Luisa. Seguramente sería por el lanzamiento de los fuegos artificiales que tiraron como fin de fiesta, aunque creo que después siguió llegando mucha gente, hasta cerca de las 12 de la noche. Muy bonitos los fuegos artificiales, pero mal el no dejar pasar hacia la zona del Puente de Los Remedios.



Así que otra nueva edición corrida y disfrutada, esperemos que el año que viene vuelva a estar en condiciones de pasar un buen rato.


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