miércoles, 8 de mayo de 2024

12ª Media Maratón Via Verde de la Sierra (Olvera - Coripe)


Estuve mucho tiempo pensándome si participar en la Sherry Maratón, y tanto tiempo estuve haciéndolo que cuando decidí apuntarme en la modalidad de Media Maratón, ya se habían agotado los dorsales.

Pero cuando me enteré que el 1 de mayo se volvía a hacer la Media Maratón de la Via Verde de la Sierra, se me pasó toda la decepción y al revés me entraron muchas más ganas de participar en esta prueba. La única vez que participé fue en 2011, en su 6ª edición, y desde entonces solo se han disputado 5 ediciones más. Cuando participé fue la primera carrera que hice por caminos de tierra, y a partir de ahí pasé a probar en otras carreras de trail, porque la experiencia fue maravillosa.

En este año, tal y como aquella vez, el recorrido en suave bajada desde Olvera a la Estación de Coripe. Unos 200m aproximados de desnivel entre la salida y la meta, pero aunque parece fácil, luego la verdad que la cuesta abajo tanto tanto, no se nota.


Nos vamos el dia de antes por la tarde a pasar la noche en una casa rural en Coripe. Noche mala con mucho frío y algo de lluvia. Por la mañana Merche me deja a las 8 de la mañana en la estación de Coripe, para en el autobús de la organización llegar a la salida. Llueve a cántaros, aunque parece que en unas horas dejará de llover. El autobús sale mas de media hora tarde y además el viaje es muy largo porque la carretera está en mal estado y tiene que hacer un rodeo por Montellano, Algodonales...

La salida es a las 10 y tenemos que recoger antes los dorsales. Ya se ve que no habrá más remedio que retrasen la salida, y así es. Llegamos a Olvera sobre las 10, y todo el autobús se va a la recogida de dorsal y a dejar la mochila en el coche ropero. Aquí estuve saludando a Sandra y a su pareja, que me sorprendí  mucho de verlos por allí.


No deja de llover y hace frío, pero alli nadie se queja ni pone mala cara, sino que todos nos preparamos para disfrutar de un recorrido precioso, que a pesar del agua, aún se disfrutará más y será más bonito.

Finalmente a las 10:30 se da la salida. Me llevé una sorpresa de ver a Antonio Martin Bejarano de speaker, hacía muchísimo tiempo que no se veía. No mucha participación, unos 200, pero muy ruidosa y entusiasta, suficiente para que siempre hayan grupitos y no se distancien mucho los participantes salvo muy al final.

Salida con lluvia aunque no demasiado fuerte, los primeros 7 kilómetros hay asfalto, aunque muy encharcado. De inicio hay una pequeña separación con un grupito que se me va por delante pero me voy encontrando muy bien, mejor que en la anterior media, y sin darme mucha cuenta, voy pasando algunos kilómetros por debajo de 5:30. 

Pronto empiezo a adelantar gente, en alguna ocasión pienso acomodarme a la cola de alguno de los pequeños grupitos pero es por poco tiempo porque por si solo me sale ponerme por delante y poco a poco ir separándome. 





Una de las peculiaridades de esta carrera es que hay muchos túneles, creo que son 20 en total. Los hay más largos y menos, y algunos con luz y otros sin ella. En los que no hay luz, prácticamente no es necesaria, pues son los más cortos, y nada más entrar ya se está viendo la salida del tunes, y entra suficiente luz por uno y otro lado para no caerse. Los más largos sí que tienen luz, pero es muy débil, y casi en estos hay más posibilidades de una caída.



El primer avituallamiento está en la Estación de Navalagrulla, un poco más allá del km 7. Aproximadamente por aquí ya el camino es todo tierra, y con los charcos, también hay barro. En el avituallamiento para poder tomarme el gel y beber bien agua, me es necesario parar pues el agua la sirven en vaso y es necesario que me avitualle bien para acabar bien la prueba. Al contrario que en Chipiona que llevaba encima una pequeña botella con agua, en esta ocasión no la tenía. Y hoy sí que la hubiera necesitado, porque con los vasos, podía beber muy poco y esto me pudo afectar al final. Además tenía que parar y perder unos buenos segundos hasta que volvía a ponerme en marcha con la consiguiente pérdida de ritmo.

Ya de camino al Peñon de Zaframagón, la parte más bonita del recorrido, y sobre el km 11, se me dobla el tobillo izquierdo. De momento noto un fuerte dolor, no es muy grave, pero tampoco es nada sin consecuencias, porque me sigue doliendo un tiempo, intento tener más cuidado y concentarme mucho en pisar de forma más firme,. pero por momentos me da miedo de que vaya a peor y se fastidie toda la carrera. Afortunadamente no fue así y conforme el pie seguía caliente, la molestia desaparecía, pero incluso hasta hoy me sigo notando algo de dolor.

Pasado el km 13(estaba previsto en el 14), segundo avituallamiento. De nuevo tengo que parar y perder un tiempo que me haría perder el ritmo. Ya por aquí los kilómetros estaban pasando algo por encima de 5:40, pero aún con un buen tiempo para hacer menos de dos horas.

Pero cuando ya llego al viaducto del Peñón de Zaframagón, en el que hay una vista impresionante, tanto del mismo Peñón como de las buitreras, tengo que tomar una importante decisión que no me cuesta nada tomar. Intentar bajar de las 2h , o bien renunciar a eso y disfrutar unos instantes de ese entorno. Ya había salido el sol y el paisaje estaba precioso, con montones de buitres sobrevolando la zona, así que tuve claro que me paraba a hacer unas fotos. Mucha gente me sobrepasó en esos momentos, pero la ocasión de hacer una parada más larga de la cuenta lo merecía. 










Vuelta a poner en marcha, ya el entorno y el paisaje había cambiado bastante. Con el sol apareció un poco de calor, menos mal que pegaba de espalda, la suave cuesta abajo, a veces salpicada de alguna subida no se notaba casi nada, porque además había viento soplando en contra con algo de fuerza. Al menos servía para refrescar un poco la subida de temperatura provocada por el sol. El paisaje desde el Peñón hasta el final de carrera es de lo más bonito del recorrido, más montaña y más abrupta, y muchísima más vegetación. Con el sol hacía disfrutar del recorrido a tope. Y eso que ya las fuerzas flaqueaban y costaba mucho mucho trabajo mantener los kilómetros por debajo de 6'.

Ya solo quedaba un último avituallamiento, sobre el km 18, al que llegué con muchísimas ganas de refrescarme bebiendo agua. Tenía que haber llevado mi botellita encima, pero no, vuelta a parar un poco pero ya por última vez.



Los últimos kilómetros se hicieron duras, entradas y salidas de túneles, suave bajada que ni siquiera lo notaba y ese viento que frenaba bastante, pero todo ello en un entorno que te lleva en volandas y que hace disfrutar de cada metro. Al final parcia que un túnel era el último, pero habría hasta dos más y al salir de ese último, ya en los alrededores de la Estación, muchísima gente esperando en la meta, aplaudiendo. Merche, María y Jose entre ellos. Mucha alegría de verlos, como también al speaker, Antonio, que se acordaba de mí y que me hizo una mención y saludo a la llegada.



Al final la llegada a meta en 2h01m32s, unos segundos menos que en la Media de Chipiona a Rota. Pero según mi reloj al recorrido le faltaron casi 100m, por lo que la media me salió exactamente la misma que en ella, 5'47 por kilómetro, que está muy muy bien. Sobre todo porque de no haber parado tanto hubiera podido hacer menos de 2h cuando pensaba que nunca más lo podría conseguir. Será para una próxima ocasión, por ahora sigue el juego.




Luego a recuperar fuerzas por alli. Unos bocadillos estupendos de salami, que no pude comer por estar cargados de rico gluten. Pero si pude recuperar fuerzas a base de plátano, naranja y bebida isotónica. Para finalizar un sorteo de una gran cantidad de productos de la Sierra, que desafortunadamente no pudimos llevarnos ninguno.