miércoles, 25 de septiembre de 2019

Maratona do Porto

Hace unas semanas hice algo un poco loco, apuntarme al Maratón de Oporto (3 noviembre), estando ya apuntado para hacer La Pretoriana (67 kms) tan sólo un par de semanas después. Pero cómo se llegó a esa situación? Así fue como ocurrió.


Como ya he contado, a principios de año me sentía bastante mal, mi ritmo de carrera era cercano a los 7 minutos, me costaba muchísimo correr, además de los habituales dolores etc. Todo eso perjudicado por la rotura del brazo, aunque el maratón de Sevilla que pude acabarlo como buenamente pude, en más de 5h30, no fue sólo culpa de ésto. Ya venía arrastrando una mala forma y malas sensaciones desde bastante antes, por culpa de un peso bastante elevado.

Me puse una prioridad que era perder peso, y entre el mes de marzo y el de junio, pude perder aproximadamente unos 9 kilos. Poco a poco lo fui notando, en las carreras que participé poco a poco estuve teniendo mejores sensaciones, hasta que en finales de junio pude acercarme mucho a correr en unos 5 por kilómetro una carrera de 10. Cosa que unos meses antes pensé que sería imposible.

Como en La Pretoriana hubo que apuntarse con mucha antelación, porque hay pocos dorsales y se acaban pronto, en la época en que hubo que hacerlo no tenía esperanza de poder correr un maratón en otoño. Una carrera de ultrafondo como la Pretoriana, en donde se camina y se corre, y el único objetivo es terminarla, sí que la veía factible para acabarla en las 12 horas que hay de plazo, por eso sí que me apunté.

Pero cuando empezaron a mejorar mis sensaciones con la pérdida de peso, empecé a sentir ganas de correr un Maratón. Siempre he querido participar y conocer maratones de otras ciudades. Pero por una cosa o por otra, no lo he hecho. De las 13 maratones que he finalizado, todas han sido en Sevilla excepto una en San Sebastián (la copa del mundo de maratón de 1993). Al encontrarme mejor, y con los 51 años que ya tengo, pensé que tenía que aprovechar ésta nueva "resurrección" como una última oportunidad, para hacer eso que siempre he querido hacer.
Y se me ocurrió que después de participar en La Pretoriana, un mes después es el Maratón de Málaga. Cerca de casa. Y con tiempo de que si después de hacer la Pretoriana estaba con piernas y ganas, apuntarme dentro de ese último mes a Málaga y aprovechar todo ese entrenamiento para intentar acabar tranquilo y conocer y disfrutar éste Maratón.

Empecé a entrenar en verano con La Pretoriana en el horizonte más cercano y Málaga a lo lejos. Además pensé que como Sevilla 2020 está sólo 2 meses después de Málaga, podría aprovechar, pasar en 2020 de Sevilla y hacer Barcelona.

En fin el caso que, por otro lado en casa empezamos a hacer planes para hacer una pequeña escapada a Oporto en el puente de Diciembre. Y aparte de eso, un día vi, en el Strava, que el 3 de noviembre había la posibilidad de participar en un Maratón de Nueva York virtual, con posibilidad de conseguir la posibilidad de optar a un dorsal para el maratón real de 2020. Me apunté, pensando que preparando la Pretoriana, no vendría mal y sería divertido hacer un entrenamiento de 42 kilómetros que sirviera para completar ese maratón virtual. Luego me enteré que la posibilidad de conseguir el dorsal para 2020 estaba agotada, aunque seguí con la idea de hacer este maraton virtual.

Pero la sorpresa fue que Merche, viendo información de Oporto, descubrió que ese mismo 3 de noviembre es el Maratón de Oporto, y que el puente del 1 de Noviembre estaría mejor para hacer la escapada que el de diciembre. Y además ése Maraton Virtual hacerlo dentro de uno real.

Así que busqué toda la información del Maratón y empezó a ilusionarme la idea de conocer el Maratón de Oporto, y un cambio en las expectativas. Ahora haré La Pretoriana si acabo con piernas y ganas del Martón, aunque sólo es 2 semanas más tarde. Puede estar complicado, pero haciendo grandes tramos andando rápido puede ser posible. En cualquier caso, me entran bastantes ganas de conocer el Maratón de Oporto, Y si La Pretoriana no puede ser, pues ya lo será en otra ocasión.

Conseguimos un buen vuelo para irnos el 30 de octubre. La vuelta, después del Matatón pinta algo más complicada, pues el Maratón tiene hora límite las 15h, y a las 18h sale vuelo de vuelta a casa con escala en Lisboa. Puede ser una locura todo ese ajetreo después de la carrera, pero ya veremos. En cuanto al hotel, no conseguimos plaza en los de la organización para 3 (vamos Merche, María y yo), y además sólo dejan la habitación hasta las 14 horas (absurdo cuando el maraton finaliza a las 15). Pero hemos cogido hotel los dias anteriores por booking en el centro a buen precio, y la noche de la carrera otro algo más caro en la zona de Matosinhos, cerca de la salida y la meta, pero que me van a dejar la habitación disponible hasta las 16 horas.


Después de todos estos cambios de planes, no me costó mucho trabajo decidir qué plan de entrenamiento hacer para la carrera. Para evitar lo que me ha pasado otras veces que llego al dia de la carrera derrotado y fundido, en ésta ocasión voy a hacer el plan de Runner's World de Gavela para acabar el maratón en unas 4h30. Las tiradas largas no son muy largas, pero sí son todas acabadas en progresión. Espero así poder resistir el entrenamiento y llegar a poder colocarme en la salida, y que no me pase como cuando en 2017 intenté correr Valencia, que la tendinitis pata de ganso me dejó KO.

Esta es mi principal amenaza, porque ya en alguna ocasión estoy sintiendo alguna molestia en la rodilla izquierda. Espero que no vaya a más y el día 3 pueda estar listo. Estoy haciendo 3 dias de carrera según el plan que he contado, y el resto de días hago o bien paseos largos o bien elíptica o spinning en el gimnasio. Como mucho tan sólo un dia de descanso a la semana. Ojalá y se de bien esta preparación.

Este entrenamiento de Gavela es de 14 semanas. Lo empecé 3 semanas después de lo que hubiera sido su inicio, por lo que voy a completar 11 semanas de entrenamiento específico. Comencé en la semana del 19 de agosto, y ahora me encuentro en la semana 9/14.
Las sensaciones hasta ahora no han sido malas en general, pero algún día sí que me he encontrado con molestias en el interior de la rodilla izquierda, que curiosamente me aparecen durante la noche.


El recorrido del Maratón parece muy bonito, corriendo por las dos orillas del Duero y por la zona de playa de Matosinhos, por lo que no hay exceso de desnivel.

sábado, 14 de septiembre de 2019

7ª Cross Urbano Nocturno Castilleja de la Cuesta

Después de los días de verano y de más de 2 meses sin participar en una carrera, vuelvo al tajo en la carrera nocturna de Castilleja para participar en ella por tercera vez. Carrera muy bonita, pero bastante dura también. Poco llano en ésta carrera, todo el tiempo subidas y bajadas muy largas, no mucho desnivel, pero sí cuestas bastante largas tanto para bajar como subir.

Como el año pasado, hoy parecía que la tarde estaría pasada por agua. El año pasado por una tormenta que cayó minutos antes, pero en ésta ocasión fue una lluvia suave durante prácticamente toda la carrera, con suelo mojado y resbaladizo, que fue lo peor de la lluvia, porque en contrapartida la noche estaba muy fresquita y agradable para correr.

Me voy con Merche y María para el estadio de atletismo, con tiempo para recoger el dorsal. Puedo saludar al amigo Potaje y a Juan, del club Maratón Tomares. Unos minutos de calentamiento sin lluvia, y enseguida nos preparamos para la salida, donde hay mucha gente, creo que más que en anteriores ocasiones.

Un minuto después de las 9 se da la salida. Se comienza con una vuelta al estadio. Enseguida el pelotón se estira muchísimo, parece mentira que cuando los primeros empiezan a salir, los últimos aún están en la primera curva. Se sale del estadio y se toma un primer repecho que engaña porque para empezar nos esperan unos dos kilómetros de bajada, por donde tomo un ritmo rápido pero bastante cómodo, algo por encima de 5'.

Pasado el kilómetro 2 ya los corredores estamos bastante más separados unos de otros y comienza una subida suave a ratos pero constante sin descanso durante algo menos de otros dos kilómetros. Bajo un poco el ritmo pero no demasiado. La lluvia que empezó a caer un poco después de la salida, por ésta parte se hizo algo más fuerte y el suelo se acabó de empapar del todo. Las Pegasus resbalan mucho en terreno mojado y pierden mucha tracción. Esto se notaba y hacía más difícil avanzar. Pero me sorprendió el no haber aminorado mucho el ritmo y no notar excesivo cansancio. Esto me hizo empezar a adelantar algunos corredores.

Ya llegando al Hospital Nisa, empezamos a llegar a algún breve descanso, aproximadamente 3,5 kilómetros de carrera. Callejeamos por una barriada pegada a Gines alternando subidas y bajadas y con bastante gente animando. La lluvia suave no cesaba en ningún momento. Corriendo por mucha precaución de no caer al suelo por un resbalón, al principio intentando evitar pasar por encima de la pintura de los pasos de cebra, pero luego me dí cuenta de que como menos me resbalaba era pasando por encima de ellos.

Salimos de ésta zona y luego de un pequeño repecho, sobre el km 4,5 hay un avituallamiento con agua casi helada, y luego volvemos a una bajada continua por el centro del pueblo. De nuevo mucha precaución por no resbalar, pero cuando las calles son más rectas, intento abrir bastante más la zancada. Mis sensaciones son en todo momento bastante buenas, algo de dolor en los cuádriceps, pero nada cansado ni asfixiado. Las pulsaciones sin dispararse en ningún momento. Muy diferentes sensaciones a la carrera del año pasado.

Poco antes de pasar por la plaza de Santiago, pasamos el km 5, y el aumento de la longitud de la zancada me ha llevado a acercarme mucho a los corredores que tengo delante, justo cuando llegamos al final de la bajada y empieza la subida por la carretera. Por aquí puedo mantener un ritmo bastante bueno, porque la subida es suave, sólo al final se hace el repecho más duro, en el momento de cruzar el puente de la autopista. Reduzco distancia con varios corredores y antes de éste tramo duro les rebaso. Luego intento no forzar en ésta parte más dura de la subida y a partir de la bajada del puente, ya sólo me queda un kilómetro para llegar a meta. Por aquí es por donde ya dejó de llover y empezó a divisarse la Luna.

Me lanzo a toda pastilla desde aquí, y puedo llevar con solvencia un ritmo más rápido de 5'. Hay que bordear por el exterior el estadio y la recta de entrada al mismo, es la única donde es en subida, es donde se hace más complicado. Pero ya enseguida entro al estadio, directamente a la pista a la recta de meta. Me da tiempo de saludar y dar un rápido sprint, para acabar en un tiempo bueno de 40'28. Mejor de mis tres tiempos en ésta carrera.


Después, recogida de una bolsa de regalos con camiseta, zumo, agua, snacks, manzana, y rápido para buscar el coche porque hacía bastante fresquito todo mojado. Espero volver el año que viene a ésta buena carrera, tan cerca de casa.