viernes, 6 de diciembre de 2019

5ª Ultramaratón La Pretoriana

Tres semanas después del Maratón de Oporto y de nuevo un reto bastante importante. Finalizar por segunda vez La Pretoriana. Experiencias muy diferentes en muy poco tiempo pero igual de gratificantes. La Maratón, un esfuerzo a tope, corriendo y llegando a meta extenuado, intentando ver cómo podía hacer esa prueba de rápido, dando hasta el último gramo de fuerza. Y La Pretoriana, la mayoría de tiempo andando sin mayor pretensión y no es poca de volver a finalizar una gran cantidad de kilómetros disfrutando de la compañía de los amigos y de todo el entorno natural. Dos formas muy diferentes de disfrutar de este inspirador deporte que es superarse a uno mismo.


No tenía muy claro cómo iba a responder mi cuerpo después del esfuerzo grande en Oporto, pero primero saber que iba a estar muy bien acompañado todo el tiempo por los compañeros del Tridente, Segundo y Pepe; y luego ver cómo poco a poco mi cuerpo se iba recuperando del esfuerzo bastante bien, empezó a darme mucha confianza para ésta carrera.


El día antes recogida de dorsal y preparación del material obligatorio. No me iba a llevar mochila, sino mi riñonera raidlight, que cabe todo bastante bien y se lleva muy cómodo.Así el dia de la carrera, al estar la salida al lado de mi casa pude aprovechar en la cama lo máximo posible y llegar con el tiempo justo de saludar a algunos amigos que me encontré, pasar el control de salida y colocarnos para ella. Se veía bastante menos gente que en anteriores ocasiones. No sé cuantos tomarían la salida pero supongo que seríamos en torno a 200 o 300 dispuestos a disfrutar de un día estupendo en lo meteorológico, fresco y sin lluvia. Durante tres días antes había llovido, en algunas ocasiones con fuerza, pero el campo estaba precioso, y con pocos lugares con barro, mucho menos de lo que se podría esperar.


Se da la salida y saliendo del polideportivo estoy absolutamente el último, incluso por detrás del simpatiquísimo pretoriano-escoba, que marcaría el final de carrera. Avanzo rápidamente y me coloco a la altura de Pepe y Segundo y ya avanzamos juntos hacia lo que será un día completo de sufrimientos y disfrute, pero siempre con predominio de lo último.
La salida unos minutos después de las 7:30, apenas había algo de claridad, atravesamos el pueblo, pasando por al lado de mi casa y por el parque del Zaudín, lugar habitual de mis entrenamientos, para llegar al Cordel de Villamanrique, por donde avanzaremos unos 5 kilómetros hasta llegar al corredor del Rio Pudio. Por todo este camino vamos haciendo la táctica que usaremos durante toda la carrera. Trote suave sólo en terreno bastante favorable, y el resto andando intentando hacerlo al menos en torno a unos 10 minutos por kilómetro.


Por el cordel saludamos a Jose Luis Martin, que va en bici ofreciendo su apoyo a los participantes que lo pudieran necesitar. Lo veremos muchas veces a lo largo del recorrido, sus apariciones a lo largo del día serán un empujón de ánimo para conseguir nuestro objetivo. Y al entrar en el Corredor del Pudio, se encuentra por allí Antonio Mayoral haciendo fotos, nos hará las primeras fotos de todo el recorrido.
Por el rio Pudio ya ha amanecido completamente y Pepe en un momento dado se va por delante hasta donde se encuentra otra participante, Remedios, de Almería. Mas tarde coincidiríamos uno cuantos kilómetros con ella. Segundo y yo finalmente nos ponemos a trotar un poco y poco tiempo después rebasamos a Pepe y comenzamos la subida hacia Almensilla por delante, aunque ya pasado el paso bajo la SE40 Pepe volvió a alcanzarnos. Llegamos juntos a Almensilla, km 12 aproximadamente. Pensaba que a la entrada de Almensilla estaría el avituallamiento como otras veces, pero quienes había eran Abencio y Estrella animando, incluso con música a todo volumen.


El avituallamiento estaba prácticamente a la salida del pueblo. En él saludamos a Miguel Angel y a Plácido y rellenamos agua, y cogimos un poco de todo lo que había por allí. Ya cerca del km 14 salimos de Almensilla para dirigirnos hacia la zona de los pinares, la más bonita del recorrido.


Por aquí vamos todo el tiempo el Tridente juntos, de charleta y en los pinares empezamos a pasar por el paisaje típico de la media de la Puebla, incluso algunas zonas por el mismo recorrido. Continuos subes y bajas, con cuestas cortas pero bastante pronunciadas, se hace duro el recorrido en algunos momentos, pero muy muy bonito. Es una zona que parece el fondo del océano, que ha emergido del mar. Incluso por un sitio vimos dos barcas abandonadas, que no se cómo habían llegado hasta allí.


Sobre el km 20 vemos a un participante que sale de detrás de unos matorrales y se incorpora a la carrera. Estábamos seguros de que se trataba de una parada técnica, pero había algo más. Le pregunté que le pasaba y decía que se encontraba muy mal y había vomitado varias veces. Intenta venirse con nosotros para llegar hasta el siguiente punto de avituallamiento en el km 26, pero poco después dice que no puede más. Le digo si lleva teléfono, pero no lo lleva, así que llamo yo al teléfono que tenemos en el dorsal para emergencia. Resulta que quien sale al otro lado es Carpe, pero debido a la mala cobertura yo si le escucho a él pero el a mi no. Le envío whatsapp y sms para que lea lo que pasa, y el corredor se queda sentado a la espera que lo recojan. Luego recibo la llamada de Rafa Iza y ya sí que puedo hablar con él. Me dice que ya han salido a la búsqueda del corredor. Parece ser que finalmente incluso una ambulancia que iba a por él se quedó atascada, pero al final pudieron sacarlo.


Tuve que echar un rato de trote hasta volver a capturar a los compañeros del Tridente que habían seguido para adelante. Ahora circulamos por otro tramo con menos cuestas, pero si que en algunos sitios hay bastante arena. Un lugar bastante trotable, y parece que era la zona que hace unos años estaba totalmente quemada. Ya recuperada aunque no del todo, se veían muchos restos de cenizas. En otro cruce saludamos a Pepe Bandolero, y ya casi enseguida empezamos a cruzarnos con los participantes del Trail de 32 kilómetros, que van de camino para Tomares. Llevábamos 23 kilómetros y casualmente, me encontré a Angelo, mi vecino, y nos paramos a saludarnos. Y ya hasta llegar al avituallamiento, cada vez se puso el recorrido más bonito, entrando más dentro de la zona de pinares.


Estábamos viendo el avituallamiento al otro lado del cauce de un arroyo, había que bajar, cruzarlo y subir, pero no se veía bien por qué sitio hacerlo mejor. Finalmente tuve que meter los pies en el agua, y luego para subir, completamente dentro de una zona de barro donde llegabas a hundirte. Ya en el avituallamiento, saludo al Potaje, y cojo bastante de lo que había por allí. Bocadillos pequeños de jamón y queso, plátano, y lleno una bolsita del mercadona con gominolas y frutos secos para ir comiéndolos por el camino.

Ya solo nos queda llegar al camping, que es donde se encuentra el control de paso, y salir de él antes de las 13:00, en el km 33. El camino ahora sale un poco de la zona de bosque y pasa por unos tramos donde hace más sol, ya si se nota un poco de calor. Avanzamos de nuevo en linea, porque Pepe se va un poco por delante, nos encontramos a Heike, pero ahora yo decido tirar para adelante con algo de trote más continuo para alcanzar a Pepe. No vamos tan sobrados de tiempo como parecía para llegar al corte.
Al cabo de coger a Pepe sigo para adelante y me destaco un rato, pero ya cerca del camping paro y Segundo me alcanza. Dice que Pepe se paró a sacarse algo de la zapatilla. Ya queda muy poco para llegar al camping, pasamos por su parte trasera, y ya casi a la entrada, vemos al amigo Javier Serrano haciendo fotos.


Entramos en el camping y no se si en broma, Rafa Iza me dice que es la segunda vez que paso por allí. Parece que a algunos les ha pasado eso, un poco despistados por el recorrido. Aunque en ningún momento se ha visto ningún problema ni de falta de balizas o de balizas mal puestas. Llegamos al control con aproximadamente 15 minutos de adelanto tan sólo, pero lo importante es en el momento que se sale. Cojo de comer todo lo que puedo, delicioso el fuet, repongo frutos secos, plátano. En fin, de casi todo lo que había. Luego llega Pepe. Se suponía que debíamos de salir juntos de allí. Pero se sienta a que le arreglen los pies, que tiene alguna herida. Le atiende Sandra, y cuando acaba le dice que se levante y se vaya ya con nosotros, llevamos esperandole un buen rato. Pero se hace el remolón, sin ninguna intención por levantarse. Esperamos un poco más, pero ya no había más remedio. Había que irse, y allí le dejamos. Salimos del camping sólo 5 minutos antes del cierre del control. Se acabó hablar de Tridente para pasar a binomio.



Avanzamos andando rápido, hasta llegar a la zona donde estaba la bifurcación donde había habido algún problema. Se encontraba allí José Ruiz. Seguimos por dentro de la zona de bosque, para luego salir de nuevo a un claro por donde habíamos pasado antes. Pero ahora el recorrido se bifurca por un tramo de camino más amplio y en bajada, donde después de un poco de trote, cogemos a Remedios, la participante almeriense que vimos al principio del día. Fuimos un buen rato charlando, hablando de las mejoras del recorrido de hoy, de otras carreras,... Ella ha venido expresamente de Almería para ésta prueba. Por cierto, que llamé a Pepe a ver qué estaba haciendo y me dijo que salió del camping el ultimo de todos los participantes.



Poco rato después de atravesar unas zonas preciosas, ya con el sol algo más bajo, llegamos al avituallamiento en el que ya estuvimos en el km 28. Vuelta a saludar a los mismos amigos y a reponer comida. Pero ahora salimos de allí con el amigo Manolo Perez. Pasamos por el arroyo a la salida por una zona algo mejor que antes, por lo menos sin pisar demasiado barro, y ya camino de vuelta por una zona más directa hacia Almensilla y por un camino algo más sencillo, mucho más llano que el camino que hicimos de venida.
Por aquí ya hemos completado un maratón en unas 6h40m, y ahora pasaremos un gran tramo de la carrera junto con Manolo Perez, andando y charlando. A un ritmo andando de unos 11 minutos el kilómetro. Me empiezo a notar dolor en los pies, pero por lo demás bastante bien. Finalmente Manolo se queda un poco atrás, con otras dos personas que lo acompañaban y seguimos para adelante. Volvemos a ver y a felicitar a Jose Luis Martin y a su bici, y en otro momento, un motorista de protección civil, que se encuentra varias veces yendo de un lado para otro, por si alguien necesita alguna ayuda, se encuentra grabando video.


Nos encontramos ya cerca del km 50, próximos a la salida de los pinares, y nos adelantan a una buena marcha unos 5 participantes. La verdad que andan muy rápido, y Segundo, que ya había empezado a apretar el ritmo, continuó haciendolo. La verdad que empezamos a andar por debajo de 10 y para mi sorpresa iba pudiendo mantener el ritmo del Tarahumara, pero a causa de los que nos adelantaron siguió apretando más y cuando ya iba sobre 9 ya tuve que empezar a pegar pequeños trotes para volver a ponerme a la altura de Segundo, que por momentos se me iba para adelante. Estos pequeños trotes sirvieron para mitigar un poco el dolor de pies, además del ibuprofeno que me dió Segundo, para ver si se me pasaba.
Y en esa dura pugna con esos 5 oponentes por llegar primero a Almensilla, y cuando estaban próximos a volver a ser rebasados, decidieron pararse a quitarse chinos del pie y hacer una parada técnica. Mala práctica por el que recibe el jachazo, y por culpa de ella, no podemos disfrutar como se merecía de ese momento.


Total, que nos destacamos y llegamos por delante a Almensilla, donde se encontraba ya el penúltimo avituallamiento del día, km 54. Repusimos y salimos rápido de alli. Ya estaban preparándose para desmontar el chiringuito, y vaya el cachondeo que tenían en el bar de al lado, con música a tope.
Luego de saludar de nuevo a Abencio y a Estrella, atravesamos el pueblo, que estaba totalmente vacío y al salir de él, se oían ya cerca las voces de nuestros 5 contrincantes. Con la ventaja de conocer el recorrido casi como la palma de la mano, esperamos a llegar a la suave y larga bajada hacia el Corredor del Pudio para hacer otro buen tramo de trote, y ya al llegar abajo, no sin la pérdida de alguna pastillita de sal de Segundo, y al entrar en el Pudio, de nuevo les habíamos distanciado bastante. Antes de llegar al Pudio, una llamada de Pepe, que se quiso quedar con nosotros diciendo que se había retirado en Almensilla, pero no era así, iba hacia la meta en compañía de Heike.


Pasado ya el km 60 y llegamos al último avituallamiento, al lado del puente romano del rio Pudio. Por aquí ya muy contentos por la cercanía de la meta. Nos trincamos otro bocadillo y una cerveza fresquísima que supo a gloria que nos dió Luis de Juan.


Cruzamos el puente y ya directos a Tomares, no sin antes una fuerte subida donde el Betis metió su gol del triunfo al Valencia, y Segundo caminaba rapidísimo, obligandome a hacer algún tramo a tope. Por detrás, al menos uno de los 5 que nos perseguía, parece que quería apretar un poco para pillarnos, se aproximaba a lo lejos, pero al conocer el camino, jugábamos con la distancia, trotando al final de una curva , o al llegar al paso bajo la carretera Mairena-Bormujos, en definitiva, que nos estabamos divirtiendonos de lo lindo, sintiendonos y acabando la prueba en buenisimas condiciones y bastante fuertes. A mi ya casi ni me dolían los pies.
Algún trotecito más por la zona del campo de Golf, por donde Segundo se cambió la camiseta para entrar en meta con la de su club. Por detrás ya nadie amenazaba, y disfrutamos de las cuestas de los últimos instantes, ya con muy poca luz, pero íbamos a conseguir llegar de día con casi una hora sobre el tiempo límite.


Ya entrando en Tomares, prácticamente todo el mundo estaba a lo suyo, pasando de la carrera, pero había dos espectadores pendientes de cuando pasaba por cerca de mi casa. Javi y Jose, que estaban allí para vernos pasar y se echaron unos metros con nosotros.


Cruzamos la calle por el paso de cebra y ya cuesta abajo nos dirigimos hasta el Polideportivo, el lugar de la salida, para dar una vuelta y subir hacia la entrega del trofeo. Bonita entrada aunque con poca gente. Merche estaba junto a Abencio y Estrella gritando cuando llegamos. Dimos la vuelta por la pista todo el tiempo trotando, subimos y final en el arco, con abrazo y saludos, fotos de muchos amigos que estaban por alli, principalmente del amigo Angel, que había llegado a meta hacía poco. Luego subimos al escenario, donde nos hicieron entrega del trofeo que se da desde el primero al último, el Pretorianito, y el diploma. Pepe, Carmen y Joaquín estaban por ellí, y menudos los trajes que se curró éste último para la ocasión.




Finalmente, para completar el Tridente Pepe entró en meta poco antes del cierre.

En resumen, estupendo día de una prueba que se ha renovado con cambio de fecha, que es mucho mejor porque ahora no hace calor, y el recorrido, que lo han pensado al máximo para quitar lo que han podido de las partes mas feas y dejar un circuito que por la zona de pinares de Puebla y Aznalcázar es espectacular. Debería la carrera aumentar distancia hasta las 50 millas?? Ahí lo dejo como idea. En los años próximos, intentaremos disfrutar de nuevo de un día como este. Hoy, después de haber hecho un maratón a tope en el mismo mes, me he encontrado de lujo, pero desde luego el principal motivo por el haber tenido esas estupendas sensaciones ha sido por haber disfrutado de una estupenda compañía.


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2 comentarios:

  1. Que buenos paseos te das Javi, jajajaja, no pierdes tu esencia de ultra. Felicidades¡¡¡, otra a la buchaca, que barbaridad...y encima se te hizo corta....jajajaja

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  2. Enhorabuena, como siempre, por tu carrera y por tu crónica!

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