miércoles, 5 de abril de 2017

2º Trail Ciudad del Cobre. Sierra de Gerena

(Nota: Cuando ya tenía casi terminada esta crónica, bastante extensa, por gilipollas perdí todo el texto. En condiciones normales, hubiera hecho un resumen mucho más corto o hubiera pasado de ella; pero he comenzado de nuevo a hacerla desde el principio porque lo bonito de la carrera y lo que he disfrutado en ella merece el esfuerzo. Especialmente dedicada a Rafael Panduro y todos los amigos de Gerena por su entusiasmo y muy buen hacer en la organización de esta prueba.)
Vuelta al Trail, en una carrera que no sé qué estaría haciendo el año pasado que la dejé pasar sin apuntarme. Pero que gracias a Rafael Panduro, este año la he podido descubrir, y desde luego que merece la pena.
Segundo y yo quedamos en apuntarnos, y así volver a vernos después de algún tiempo. Pero él estaba un poco reticente a ir porque prefiere pruebas de mayor kilometraje y donde pueda andar más tiempo. Así que le dije que le acompañaría para que no se sintiera solo y eso le convenció.

Camino a Gerena el domingo temprano, encontrar el lugar no fue del todo sencillo porque había alguna calle cortada, pero al final tuve suerte y conseguí aparcar en un buen sitio. La plaza donde estaba la salida y meta y toda la organización de carrera céntrica y bonita, sin problemas para recoger el dorsal y camiseta. Además pude saludar a muchos amigos que estaban trabajando para la organizacion. Entre ellos Felix y Julio Molina. A Rafael no le vi hasta el final de la carrera.
Pude ver también a Segundo y vuelta al coche para los ultimos preparativos. Aunque no hacía falta, me llevé la riñonera con un bote, principalmente para poder llevar la cámara, ya que quería grabar imágenes durante el recorrido.


Tiramos para la zona de salida,  y ahí ya nos encontramos a mucha más gente. Alonso, Havié, Juan Carlos Mera,... También Jose Antonio, amigo de Segundo y que también tiene previsto acompañarle.



Con un par de minutos de retraso se da la salida, y a trotar por las calles de Gerena hasta que al cabo de un kilómetro salimos al campo por una pista buena y muy amplia pero que picaba un poco hacia arriba. Nos ponemos a andar un poco y ya recuerdo que al ritmo de andar de Segundo yo soy incapaz de seguirle. En llano puedo compaginar trote, pero en cuestas... El recorrido se hace algo más bonito y ya empezamos a pasar alguna bajada algo más pronunciada y alguna cuesta. En las cuestas definitivamente Segundo se me va por delante, de esa forma será complicadisimo poderle acompañar. Así que luego del kilometro 2 viene una larga recta con muy bonitas vistas de Sevilla, y decido trotar sin parar, así que me podrá ir cogiendo cuando yo me ponga a andar. Además va acompañado por Jose Antonio. Así, de vez en cuando me voy encontrando con el grupito que va por delante y otras veces con Segundo y Jose Antonio.



En un momento dado, hay que girar a la derecha para meternos por un sendero muy estrecho entre campos de cultivo. Como en toda la carrera siempre todo el recorrido muy bien provisto de voluntarios indicando y animando. Luego nos metemos por un olivar, para volver a salir a un camino amplio principal, en suave cuesta abajo donde vuelvo a trotar bastante rato. Finalmente llegamos al kilómetro 6, donde está haciendo de voluntario el amigo Félix. Le saludo y puedo comprobar que los avituallamientos están bastante bien. Sin que falte de nada. En todos hay botellas de agua, bebida isotonica y naranjas. Además todo muy cuidado con contenedores para evitar lo máximo posible que se tiren desperdicios. Al lado del avituallamiento, y unos 200m más alejado otro contenedor, para poder ir bebiendo un rato de la botella.



Despego del avituallamiento cuando llegan Segundo y Jose Antonio. Vamos bastante atrás, entre los últimos de carrera, aunque no tiene la menor importancia.

Seguimos por la pista principal, pero ya vamos entrando en terreno más bonito, con más vegetación. Un poco de cuesta abajo, hasta que el camino cruza un arroyo, y el camino cambia a tirar hacia arriba. Aumentando poco a poco la dificultad, hasta que se convierte en la cuesta más dificil hasta ahora, aunque no de la carrera. Además bastante larga, casi un kilómetro. Empiezo un rato de trote, pero finalmente me tengo que echar a andar como todos.



Llegando arriba, una voluntaria haciendo fotos, que nos indica que tiremos por un sendero mucho más estrecho a la derecha. Entramos por un terreno muchísimo más bonito, carril con muchos sube y baja, bordeando una finca, supongo que privada por el interior. Bosque de encinas, con mucha sombra y vegetación. Pero el típico rompepiernas de ondulaciones arriba y abajo de pocos metros de longitud, toboganes arriba y abajo todo el tiempo. Como siempre salpicado de voluntarios o no se si gente que estaba por allí pasando el día, indicando y animando en todo momento. Aparte las balizas muy bien puestas, ya que de otra forma hubiese sido fácil perderse.



Continuaba así todo el tiempo, hasta que ya pasado el km 9, un lugar donde había varios voluntarios con un quad, un cartel marcando "zona peligrosa" y un árbol que había caído sobre el lecho de un pequeño arroyo que había que cruzar. Aparte de otra persona echando fotos del saltito. Por esta zona ya me llevaban alguna ventaja Segundo y Jose Antonio, pero intentaba esforzarme en no perder mucha comba y les seguía viendo no muy lejos de vez en cuando.



Finalmente, volvemos a salir a la pista principal, amplia y que se podía correr perfectamente. Agrupamiento con los dos grupitos, el de Segundo y el de cuatro corredores que nos precedía al principio de carrera. Este tramo prácticamente de trote todo el rato, me voy un rato con los del primer grupo y resulta que también han corrido varias veces la Subida al Veleta, por lo que charlamos sobre eso, les grabo vídeo durante este tramo, y pasamos un buen rato, hasta que llegamos al avituallamiento del km 12; donde este grupo se va por delante y espero bebiendo la botella de agua, a que lleguen Segundo y Jose Antonio. De nuevo el avituallamiento perfectamente provisto, sin que faltara de nada y con unas voluntarias muy simpáticas.


Ahora bajamos por un camino en peor estado aunque amplio. Con bastante barro y charcos, aunque también se podía correr por él bastante bien. Nos íbamos acercando al margen del Arroyo de las Torres por el que íbamos a discurrir durante los próximos kilómetros. Cada vez se estaba poniendo más bonito el recorrido, hasta que llegamos a un punto donde había un remando se agua y teníamos que cruzar por ese punto el arroyo. Le pregunto al voluntario si hay algún sitio mejor para pisar, pero todo es prácticamente igual, porque pises donde pises el agua te llega a los tobillos y sumerge totalmente los pies. Así que paso y ya me pongo las zapatillas totalmente empapadas en agua. Aprovecho cuando llegan Segundo y Jose Maria para echarles algo de agua, y salgo con los pies bastante fresquitos, por no decir frios. Unos metros de camino embarrado por la otra orilla y vuelta a cruzar volviendo a pisar de nuevo el agua, para, dirigidos por otro voluntario, cruzar por debajo del puente de la carretera de El Garrobo, y seguir por el sendero de la margen del río.


Esta parte del recorrido era la más bonita con diferencia, un bosque de galería, mucha vegetacion, agua corriendo. Un lugar impresionante, que me deja muy sorprendido. Parece mentira que hasta ahora no conociera este paraje, y además tan cerca de Sevilla. El camino por algunos tramos se puede trotar, en otros hay que pasar por piedras, que al llevar los pies mojados, resbalaba más de la cuenta y había algún peligro de caída. Alguno de estos tramos era más complicadete. Pero por aquí me tomo mi tiempo haciendo fotos, video y disfrutando un poco más de lo permitido del entorno, parecía como casi si se hubiera parado el tiempo. Tanto, que ya Segundo y Jose Antonio, se fueron definitivamente por delante y no les volví a ver hasta el bar.


Disfrutando de la vista, y de los oídos porque las ranas no paraban de croar; de repente un sonido de un cencerro rivalizaba con ellas. Era el buen amigo de Thierry, que ya le estaba echando mucho de menos. una alegría siempre cada vez que le veo, un tio buena gente de los de verdad.



Y más alegría aún en un entorno como éste, que tanto le gusta y que tanto defiende. Me pongo a charlar con él de cómo es el recorrido, de que ese tramo no es de ninguna finca privada, de lo que queda por venir en la carrera... Y de repente, cuando me estaba despidiendo y preparando para volver a cruzar el arroyo y volverme a llenar los pies de agua, me empiezan a picar mucho las piernas y me doy cuenta que me están picando montones de hormigas que se me habían subido por encima durante el rato que había estado parado. Me sacudo un poco y vuelvo a cruzar el río. Ésa y otra vez más, y sigo al trote hasta que llego a un voluntario que me indica un giro a derecha donde sube una gran cuesta, el primero de los cortafuegos.


Rampa bastante dura, de unos 300 o 400m, que se iba suavizando al final y en un zig-zag llegaba arriba del todo, donde había unas vistas impresionantes, y otro voluntario te guiaba hacia la bajada, que era otro tramo de cortafuegos como un cortado en picado, que daba verdadero vértigo. Ni me atreví a sacar la cámara de la riñonera, y fui bajándolo poco a poco (estas bajadas son las que menos me gustan) con mucho cuidado de no resbalar con ninguna de las muchas piedras que habían sueltas. Conseguí llegar abajo sano y salvo y de nuevo por el carril a la orilla del arroyo, donde pude hacer un nuevo ratito de trote hasta que llegamos al cortafuegos más grande y duro de todos.



De nuevo al pie un voluntario, haciendo fotos indicando por donde había que subir. Este era una auténtica pared, costaba trabajo no irse para atrás. Además era largo, largo. Parecía que nunca acababa. Pero al llegar arriba, de nuevo una parada larga a disfrutar de las vistas. Hacia atrás la Sierra que ya había atravesado y hacia adelante, prácticamente se podía ver Sevilla y la zona del Guadiamar con las torres de la central de energía solar.


Empiezo a bajar el cortafuegos y según me dijo el voluntario ya no queda ningún tramo duro. Sólo llegar a la carretera y desde ahí practicamente todo en bajada. Así que empiezo a bajar mirando a lo lejos a ver si veía algún participante. Hacia adelante no se veía a nadie, y hacia atrás tampoco. La ultima vez que vi a los 4 que parece ser que van detras mía fue a lo lejos en la bajada del primer cortafuegos. A otro voluntario que está en un cruce con un niño le pregunto cuánto hace que pasó alguien por alli y me dice que dos minutos, pero estoy seguro de que no puede ser.
Una vez bajado el cortafuegos el camino es en llano, pero con alguna subida. Aprovecho para cambiar la batería de la cámara, que ya me empieza a fallar, y para disfrutar de las vistas hacia las torres de energía solar.
En un momento dado, veo a una persona con bastones unos cientos de metros delante mia, pensaba que era un participante, pero al desviarse por otro camino principal, pienso que es alguien que se está dando un paseo por su cuenta.


Así, finalmente llego al último avituallamiento, pasado el kilómetro 17 de carrera. Me quedarán unos 4 kilómetros para meta y llevo unas 2h26m. Complicadísimo será que haga esos kilometros a unos 6 minutos, por lo que ya veo que me acercaré peligrosamente a las 3 horas y no voy a poder entretenerme mucho. En éste ultimo avituallamiento de nuevo nada que echar en falta, y muy simpaticos de nuevo los voluntarios con los que charlo de lo bonita que es la parte del recorrido que va pegada al arroyo. Y me dan la enhorabuena por haber disfrutado un mayor rato de ese tramo cuando les digo que me he entretenido mucho por ahí.



El camino que queda es una especie de trialera por el margen de la carretera. No es terreno tan fácil como yo me quería creer, y ya las piernas están bastante cansadas y se notan. Hay pequeños repechitos salpicados con fuertes bajadas que salvar. De vez en cuando no tengo más remedio que tomarme unos instantes de descanso por lo que voy compaginando trote con algo de andar.
Así llego a la zona de chalets, que recordaba tan bonita del día de la carrera popular de Gerena. Aquí un policía cortando el tráfico y una voluntaria indicándome que debía cruzar la carretera y saltar para seguir el camino por el otro margen. Unos metros más y ya entrar por el pueblo, luego de pasar por un paraje que también pasamos en la carrera popular y donde había alguna familia de picnic.



Ya cerquita de las 3 horas de carrera, que es el límite (aunque dijeron que esperarían a todo el mundo). Atravieso el pueblo casi todo el tiempo al trote y ya casi a punto de llegar a la plaza donde estaba la meta casi pillo a un participante que iba con un galgo. Entrada por el arco de meta en un tiempo de 2h57m, me ponen la medalla de finisher, y saludo a Segundo y a Jose Antonio que hace ya un rato que han llegado.



Es entonces cuando Segundo me pregunta si he visto a Pepe Sosa, que parece ser que ha estado por el recorrido viendo la carrera. Y caigo que seguramente que la persona que ví con bastones yéndose por otro camino era él.
Luego saludo a Rafael Panduro, que nos invitó a unas cervezas en la Peña Bética y reunión general cuando Pepe Sosa por fin llegó con sus bastones. Menos mal que no se había perdido del todo y había regresado al pueblo.



En resumen, estupenda carrera, de las mejores que hay en Sevilla. Totalmente para repetir. Recorrido muy bonito y muy entretenido, con muchos tramos donde se puede correr y también alguno que otro duro. Recorrido perfectamente señalizado, buenos avituallamientos sin echar nada en falta. Y lo que más me ha llamado la atencion, la abundancia de voluntarios, siempre había uno dispuesto en cualquier sitio que pudiera ser necesario, en cualquier cruce, para evitar los despistes de nadie. Y la simpatía que derrochaban, se notaba que tanto ellos como los organizadores estaban disfrutando de lo lindo.
La lista de reproducción con todos los videos grabados durante la carrera se puede ver aquí:
https://www.youtube.com/playlist?list=PLq30BS-dS_vf0evQ1Aruy6pzlyGSai3Fn 

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