martes, 12 de febrero de 2019

Preparación para el Maratón 2019

En éste año no  he publicado ni una sola entrada sobre mi preparación de la Maratón de 2019. Las primeras semanas un poco por dejadez. A partir de mi caída y rotura de la cabeza del radio en el brazo izquierdo, porque tampoco había mucho que contar.

Desde finales del mes de Noviembre estuve usando como base el entrenamiento de nivel intermedio basado en pulso cardíaco para Maratón de Garmin Connect. Con no muy buenas sensaciones, avancé con un mayor kilometraje de 23 kilómetros el pasado 15 de diciembre. Ha sido el día de mi entrenamiento más largo para el Maratón.

Después, en la carrera de Castilblanco vino la caída. A partir de ahí, tres días de parada total, pensando qué debería hacer. Si dejarlo por imposible, descansar éste año y no intentarlo de ningún modo. O bien, no quedarme parado e intentar primero no perder mucha forma y luego intentar recuperar un poco para, tener la posibilidad de llegado el 17 de febrero intentar acabar la carrera administrando las 6 horas que hay de tiempo límite para finalizar la carrera. Y elegí ésto último, podía ser bonito llegar a acabar el Maratón  superando todos éstos problemas, la verdad es un reto que me ha seducido mucho.

Desde el día 30 de diciembre tuve el brazo escayolado. Desde el día 2 de enero hasta el día 9 sin faltar ningún día estuve haciendo bicicleta reclinable y estática. entre una hora y hora y media todos los días. El día 10 en la visita al traumatólogo para mi sorpresa, decidió quitarme ya la escayola y dejarme el brazo sólo el cabestrillo. Desde entonces, sin abandonar el gimnasio, todos los días sin descanso, pasé a hacer más eliptica, agarrado de un sólo brazo, pero un ejercicio más parecido a correr y menos lesivo para las posaderas. Poco a poco fui pasando también por la cinta de andar, andando rápido ya que correr con el cabestrillo se hacía muy extraño.

A partir del 21 de enero ya el médico me quitó el cabestrillo, tuve que empezar una rehabilitación de fisioterapia. Dos semanas con ella, pero la típica de centtro de rehabilitación donde dos fisios intentan a duras penas y sin conseguirlo tratar a la vez a 7 u 8 pacientes. Empecé ha unir a la elíptica la carrera suave en cinta, y el 25 de enero fue el primer día que corrí por la calle. Fueron 14 kilómetros, para probar si había conseguido mantener más o menos la forma. Tuve buenas sensaciones, aunque acabé con agujetas en las piernas. Señal del cambio de la elíptica a correr. A partir de éste día decidí ya hacer los entrenamientos de carrera más cortos en el gimnasio, con la cinta y abandonar la elíptica.

Las siguientes tiradas largas fueron 17 kilómetros el 29 de enero, y casi 23 kilómetros el 3 de febrero.
En ésta semana tuve un ligero contratiempo, pues me seguía molestando la muñeca izquierda. Por recomendación del fisio, el traumatólogo me pidió una resonancia de muñeca. Lo normal es que el 1 de febrero hubiera pedido ya el alta, pero tuve que esperar al resultado de la resonancia. En ésa cita con el traumatólogo, además, me insistió mucho en la poca movilidad del brazo, tengo problemas de flexión y extensión completa por el codo.
Dado que con las sesiones de rehabilitación estaba claro que no iba a ser suficiente, Jose Antonio Salas Lluch me está dando sesiones adicionales, tengo citas para todo el mes de febrero, dos a la semana y algunas en marzo. Espero con ellas, sesiones de fisioterapia de verdad, acabar con el problema de flexión del codo.

Y en ésta pasada semana, cuando vino el informe de la resonancia un nuevo susto. Aparece una rotura en la inserción del fibrocartílago triangular. Pensaba que quizás me tuvieran que inmovilizar de nuevo la muñeca, no poder darme de alta y con ello no poder correr el maratón. Hasta el 10 de febrero tenía tiempo para olvidarlo y que me guardaran el dorsal para 2020. Pero antes tenía que ver el traumatólogo, para ver qué me decía sobre este problema en la muñeca. El día 6, conseguí que viera el informe de la resonancia. Y afortunadamente me dijo que no me preocupara por eso, no había que inmovilizar nada sino con el tratamiento de fisio esperar a que desaparecieran las molestias. Y así pude ya coger cita para ayer lunes y definitivamente poder tener el alta. Y en los últimos días de entrenamiento llegar a unos 15 kilómetros que me dejaron buenas sensaciones.

Sigo con las sesiones de fisio, recuperando cada vez mayor movilidad del brazo, pero las piernas intentarán llevarme donde pueda ser el día 17. Si es a la meta, en el tiempo que sea, fantástico, si no intentaré llegar lo más lejos que pueda. Podría quedarme en casa con una muy buena excusa, o bien intentar superarme a mí mismo. Pero no a mi Yo de hace unos años, sino a mi Yo actual.





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