viernes, 15 de noviembre de 2019

16ª Maratona do Porto


Estupendo fin de semana de turismo y Maratón de Oporto, que superó todas las expectativas, también mi carrera, en la que tuve sensaciones mejores de las que esperaba, aunque faltó rematar el final.

El miércoles por la noche llegamos a Oporto, jueves y viernes pateo durante todo el día por la ciudad, siempre con tiempo bastante malo, mucha lluvia y viento, aunque no llegaba a hacer frío. El sabado, nos trasladamos a un hotel mas cerca de la salida, en la zona de Matosinhos, y aunque también fue cansado, estuvimos más disfrutando de la zona de playa y del buen pescado fresco.

El viernes pasamos por la feria del corredor para recoger el dorsal. En el nuevo centro de congresos de la antigua aduana de Oporto. Por la zona céntrica por lo que nos venía bien llegar hasta allí. Muy bien organizada, una gran cantidad de stands, y bastante bien los regalos. Una mochila, una camiseta de entrenamiento de calidad digamos media, unos calcetines Joma y algunos productos de publicidad. Para los finisher, en la llegada, habría una camiseta de manga larga Joma de muy buena calidad.

Luego de un sábado cansado de los dias de pateo, realmente pasé una buena noche, y ya por la mañana tenía todo preparado para salir. La carrera empezaba para mi gusto algo tarde, a las 9. Y afortunadamente finalmente las previsiones eran que durante la carrera no llovería. Tan sólo unas gotitas sobre las 10 de la mañana. Pero a primera hora caía algo de chirimiri. Desayuno un plátano, un pastelito de nata y un té. Me llevé ropa para correr con frio, con lluvia, pero finalmente me puse la ropa para tiempo más caluroso de la que llevaba. Las mallas cortas, y la camiseta de mangas cortas de "hay pundonno", por si acaso me puse la gorra, para que no me molestase en los ojos la lluvia que pudiera caer.

Lo bueno de tener el hotel cerca era que no tenía que salir de la habitación muy pronto y en 10 minutos andando estaba en la salida. Ni siquiera tuve que pasar por el guardarropa. Aunque llevaba encima una camiseta de manga larga que se la daría a Merche sobre el km 6, que la carrera pasaba cerca del hotel.
Por el camino hacia la salida no había mucha gente pero ya en la rotonda de la anémona todo el ambiente de inicio de un maratón. Aunque quizás la mayoría de gente estaba para la salida de la "Family Race", carrera de 15 kilómetros, que se realizaba a la vez, pero que no entraba en Oporto sino sólo por la zona de Matosinhos. La gente de ésta carrera salía de detrás del todo. Así que para acercarme a la salida tuve que rebasarlos a todos y entrar en mi cajón. El "C", o gallinero. Sólo había 3 cajones. La élite, los de menos de 3h45 y detrás todo el resto. Pero no había una gran cantidad de gente. Supongo que en torno a 4000, no una participación muy elevada comparado a otras maratones. Decían que juntas las dos carreras llegaban a 15000.


Una vez colocado, tengo detrás de mí a los marcadores de paso de 4h45, y por delante y muy cerca los de 4h30 y 4h15. No llevaban globos, sino algo mejor, una especie de mochila donde salia una especie de cartel con el tiempo que marcaban.
Antes de la salida me quito la camiseta de manga larga, y me la anudo a la cintura. Saco la cámara y empiezo a grabar todo. Entorno muy bonito, con la playa y el oceano atlántico rompiendo con mucha fuerza en la orilla. Cielo gris y amenazando lluvia, pero ideal para correr. Un speaker español y otro portugués, música épica y se da la salida. En aproximadamente minuto y medio paso el arco de salida y comenzamos a trotar.


Nos separamos de la playa y giramos hacia el interior para dar un recorrido que por ésta ciudad de playa que nos llevará en el kilómetro 12 a pasar de nuevo por la salida y dirigirnos al centro de Oporto.
Tenemos que bordear completamente el precioso y gran Parque da Cidade, y de inicio ya empezamos con una suave pendiente. Como casi siempre al empezar una carrera de éstas, de inicio ya tengo ganas de orinar, y para no tener problemas en el resto del recorrido, me voy fijando a ver por donde la gente se empieza a parar para hacer la parada técnica. Ya veo que dos o tres corredores se salen por un camino de tierra a la izquierda y les sigo y consigo aliviar esas ganas de orinar. Unos 30 o 40 segundos de parada, pero que ya no tendré esa sensación durante todo el camino.

Todas las liebres se me van por delante, pero antes del kilómetro 2 ya he podido adelantar a la primera de ellas, la de 4h45. Intento ir a un ritmo cómodo pero valiente, tengo ganas de guerra, y veo que el ritmo que resulta es sobre unos 5:50 por kilómetro. Me encuentro a gusto y lo intento mantener. Es aproximadamente el ritmo al que he hecho siempre las primeras partes de mis tiradas largas en progresión.
Ya pasado el km 2 hay alguna bajada, y alguna subida más dura y corta. Avanzando hacia el km 4 hay una avenida donde se va y se vuelve por el mismo camino, cruzándose con los corredores que van por delante y detrás tuya. Esto será una constante durante toda la carrera. Por aquí, bastante pronto rebaso a la liebre de las 4h30.

Bajando por la avenida que luego será la de llegada a la zona de meta se pasa el kilómetro 5, con unos 29m51 bastante buenos. Una vez bordeado todo el parque, nos metemos hacia el interior de Matosinhos, por una recta muy larga por la que tendremos que volver. Pasado el km 6 veo a Merche y María, y ya suelto la camiseta de manga larga.


Me pongo ya a correr en modo automático. Esta parte es llana, y marco el ritmo de manera bastante exacta. Por aquí corre mucha gente, ya que los de la carrera de 15 kms nos adelantan, las calles no son muy anchas y va por ellas mucha gente. Ya me voy cruzando con los primeros, que llevan más de 10 kms, puedo distinguir a Martin Fiz, que va cerca de ellos.


Llegamos al puerto de Leixoes, aquí se gira a la derecha y vuelven a aparecer algunas cuestas suaves. Empieza a llover un chirimiri que no molesta para nada. Yo a lo mío con mi ritmo y sobre el km 8 adelanto a las liebres de 4h15. Me encuentro bastante bien, y la moral sube mucho. Con tan buenas sensaciones no hay otra cosa que pueda hacer que seguir tirando, porque me encuentro muy bien.
Pasamos por al lado de un puente muy bonito y en una rotonda giro de 360 grados para volver por toda ésta avenida hasta pasar la zona de meta.


Ya llegando al km 10 deja de llover, y empieza el sol a querer aparecer. Los avituallamientos muy bien, son cada 5 kilómetros con una botella con algo más pequeña de medio litro pero suficiente. En cada avituallamiento me tomaré una pastilla masticable de isostar y me beberé casi toda la botella poquito a poco, a buches pequeños, sin prisas. Así si se puede correr una maratón con garantías.
El km 10 lo marco en 59m01, sigo corriendo por debajo de 6' y muy bien.
Un poco después vuelvo a pasar donde se encuentran Merche y María, ya no las volveré a ver hasta la llegada. Salimos de la zona de casas y ya corremos a la orilla de la playa de nuevo. Mucha gente entre la rotonda de la anémona y en la zona de salida. Volvemos a pasar el arco de salida. Y en la amplia rotonda donde está el fuerte San Francisco Javier, ya están diferenciados los recorridos, por la zona exterior para el maratón y por la interior la carrera de 15k.


Paso el km 12 y ya estoy en la preciosa avenida que me llevará directamente hasta el centro de Oporto, primero por la orilla del Océano, que rompía de forma espectacular. Me doy cuenta que por detrás viene muy cerca de nuevo la liebre de 4:15, empiezo en tomar en consideración el ponerme tapado en éste grupito e intentar resistir ése ritmo todo lo que pueda, o bien seguir a mi bola, aunque vaya unos metros por delante y con peligro de que cuando me vayan a pasar ya no pueda seguirles. Estoy corriendo a ritmo algunos segundos por debajo de 6'. El ritmo de 4:15 debe ser un poquitín superior a 6', asi que decido seguir por delante a mi ritmo al que me encuentro cómodo.

Así y con un poco de la ayuda del viento, paso por unos kilómetros buenísimos, pasando el km 15 en 1h28m17. Miro el tiempo esperado que da el reloj y marca un tiempo de 4h07, hace rato ya lo había mirado y ponía 4h09. Desde luego es una marca que casi que no me la creo, y la moral sube, y eso hace que el disfrute empiece a ser grande. Hacer sobre 4h30 podría estar muy muy bien, pero estoy yendo en tiempo de montar un buen lío en Oporto.


Entro ya en la zona del río, mucha gente animando y algunos tramos que se suceden de cuando en cuando (será una constante durante la carrera) de adoquinado que se hace bastante molesto. Llama la atención también varias zonas de animación con música, que son muy diferentes unas de otras: grandes bandas de muchos integrantes, pequeños grupos sentados en paradas de autobuses, o simplemente, lugares con altavoces y música a todo trapo. Entre el km 17 y 18 paso por debajo del primer puente, el de Arrábida y nos vamos adentrando en la zona más centrica y bonita de la ciudad, los pelos comienzan a ponerse de punta, y ésto hace que la liebre de las 4:15 aún ni se me pueda acercar.

Pasamos por el centro de congresos donde se recogían los dorsales, y después veo a una persona manejando unos mandos espectaculares de lo que creo que puede ser un dron. Mirando hacia la orilla de enfrente se ven perfectamente transitando por la parte entre los 21 y 29 kms de carrera, para los que yo me dirijo. Ya en el barrio de ribeira, bajamos por un adoquinado muy molesto hacia la parte más baja, la de los muelles donde están todos los restaurantes, una zona espectacular por donde hay muchísima gente animando. Paso el km 20 en 1h57m59 donde hay un control de paso con una cámara a la que saludo. Pensaba que era de video, pero estaba sacando fotos y poniéndolas inmediatamente en internet en la aplicación del maratón.


Ya saliendo del muelle, queda subir por una corta pero muy pronunciada cuesta para cruzar el espectacular puente Luiz I. Grabo con mi cámara y sale un vídeo espectacular, los pelos como escarpias cruzando el río, con las vistas de la ciudad a uno y otro lado, con la gente con la que te cruzabas que ya venía de vuelta, y lo mejor de todo continuar sintiéndome con fuerzas para continuar a buen ritmo.


Salgo del puente y una bajadita para continuar hacia la zona de las bodegas. Y empiezo a notarme como un pinchazo en el centro e interior del gemelo izquierdo, muevo un poco el pie y no se pasa, empiezo a preocuparme y a pensar lo peor, bajo un poco el ritmo. Quiero equivocarme pero me parece que puede ser una pequeña rotura, aunque tengo la sensación de que es algo que se me va a pasar. Intento pensar en otra cosa y mandar órdenes positivas a la pierna.


En esas paso por la señalización de la media maratón en algo más de 2h06m, lo que está muy pero que muy bien, cuando no pensaba que fuera a hacer menos de 2h10, y ya veo que la liebre de las 4h15 me pilla. Cuando llega a mi altura, no sé de donde saco la fuerza pero consigo seguirla, me agarro y la puedo seguir, y de repente el dolor del gemelo desaparece. Y tal como que desaparece mi ritmo se vuelve a estabilizar, ahora sí, al lado de la liebre. Me acomodo a su ritmo, en momentos voy más metido en el grupo , otras un poco por delante, pero integrado totalmente. Salimos de la zona de bodegas y por una carretera nos dirigimos hacia San Pedro da Afurada, donde daremos media vuelta. Puedo ver el dron volando en mitad del río tomando unas imágenes que deben ser para quitar el hipo. Nos cruzamos con la liebre de 4h, en el puente lo hicimos con la de 3h30. Volvemos a pasar por debajo del impresionante puente de Arrábida. Ahora voy en torno a los 6' por km y llegamos a la zona de giro, luego de pasar el km 24 con muchísima animación. Giro y de nuevo vuelta por la misma orilla.


Llegamos al km 25, el reloj sigue marcando unas estupendas 2h28m20. En el grupo que está con la liebre se forma un pequeño lío para coger las botellas. Afortunadamente la cojo rápido, porque increíble, la liebre, en lugar de esperar un poco por el lío formado, parece que aprieta y se destaca un poco. Me voy rápidamente a por ella, pero la maldita mantiene el paso ligero, no me cebo y aunque me he quedado atrás yo continuo a mi ritmo. Pasamos de nuevo bajo el puente Arrábida y sobre el km 27 de nuevo vuelvo a coger al grupo y a ponerme a la altura de la liebre. La moral sube un montón, porque me imaginaba que la liebre me iba a pasar muchísimo antes y ya llevo mucho más de mitad de la carrera con ella. Las sensaciones después de volver a pillarla son impresionantes, estoy disfrutando por éstos momentos del maratón como no me imaginaba que podría hacerlo. Paso el km 28 en una pequeña subida y volvemos a entrar en la zona de las bodegas.


Está preciosa, ya con el sol fuera y con mucha animación. Me vuelvo a notar el dolor en el gemelo izquierdo, pero tarde poco en olvidarse porque viene la subida para cruzar de nuevo el puente Luiz I. Bajo mucho el ritmo y ahora sí que la liebre se destaca. Vuelvo a cruzar de nuevo el puente bastante bien, pero cuando llego ala otra orilla, las sensaciones no son las mismas.


Parece que la liebre ha vuelto a pegar un nuevo tirón y se ha destacado ya bastante, y ya para no poder pillarla más. A la salida del puente se gira a derecha para ir por una ida y vuelta del recorrido que ahora sí que se hace pesada y deangelada porque hay poquísima gente. Paso el 30 aún con un muy buen tiempo de 2h58m36, pero como digo ya no está la cosa igual y el ritmo ha bajado mucho.


Para colmo, me doy cuenta de que la cámara de video se está quedando sin batería. Tengo que intentar sin parar cambiar la batería, sin tirar al suelo ni romper nada. Aunque lo dejo para cuando ya esté en el camino de vuelta. Paso por debajo de otro puente y poco después del km 31 se ve ya a lo lejos la zona de giro. A poco de girar, me cruzo con la liebre de las 4:15 que ya viene de vuelta. Su grupo ha quedado destrozado y escasamente sólo uno o dos corredores la siguen. A base de hachazos, se cargó a un monton de gente. Hago el giro de vuelta y ya de camino a la zona de Ribeira de nuevo, bajo un poco más el ritmo de forma voluntaria para hacer el cambio de batería. Lo consigo hacer, pero cuando vuelvo a intentar apretar ya es imposible, asi que sigo avanzando muy pero que muy lento a ritmo ya en torno a los 7 por kilómetro. La verdad es que la bajada de ritmo no ha sido nada progresiva y esto me puede llevar a empeorar mucho la marca que podría hacer. Empiezo a hacer cálculos para ver qué ritmo me sirve para hacer 4h30 y veo que con menos de 7:30 por kilómetro lo puedo conseguir.


Llego por fin de nuevo a la altura del puente Luiz I, sobre el km 33. Este último bucle ha sido terrible para mí, ahora queda cruzar un túnel para volver al centro y vuelta directa hasta la meta por que camino por el que llegamos hace unos kilómetros, donde las sensaciones eran muy diferentes.
Por el túnel otros años pusieron carteles con mensajes de ánimo. En ésta ocasión había unas pantallas de tv con imágenes de la película Carros de Fuego.



Pasado el túnel transitamos por todo el centro, Palacio de la Bolsa, las ganas de andar unos metros se hacen cada vez mayores, pero hay que resistir como sea. Intento aguantar mi ritmo, el tránsito de vuelta se hace duro, muy duro. Muchísima gente andando, los menos corriendo. Aunque en ningún momento iba sólo siempre había corredores cerca de una forma u otra. Alguna de las bandas de animación ya ni tocaba. El km 35 lo paso en 3h33m03 y en este avituallamiento tomo 2 masticables de isostar en vez de uno. Paso de nuevo por el puente de Arrábida, las piernas cada vez duelen más. A lo lejos veo un arbol que parece es donde se gira a izquierda en la desembocadura del río. Me marco la meta de llegar hasta ahí. Las pulsaciones ya por las nubes, por culpa del gran cansancio, el dolor de las piernas, casi no deja ni pensar. Bebo a buches cada botellita de agua que cojo para conseguir cualquier gramo de fuerza. Sería muy fácil ponerse a andar un poco y aliviarse en unos momentos, pero quiero como sea llegar sin parar hasta meta, que hacía ya varias maratones que no lo conseguía, y si puede ser a bajar de las 4h30, que era el mejor objetivo de los que me había impuesto.


Ya de nuevo por la avenida al lado del mar abierto, parece que es en pendiente cuesta arriba, el viento de cara, hace muy duro avanzar metro a metro. A lo lejos, pero muy lejos se ven las rotondas cercanas al parque donde está la meta. Sigo calculando y creo que con 8 minutos por cada kilometro que queda lo conseguiré. Pero es que ya estoy cerca de ese ritmo. La tentación de andar es muy grande, pero tengo que mantenerme así, no tengo otra cosa mejor que hacer, el miércoles próximo ya se habrán terminado todos los dolores, y el recuerdo que guarde de ésta estupenda maratón será imborrable.


Paso por fin el km 40, ya en 4h10:13. Como me voy guiando por mi reloj, me quedará más cerca de 3 kilómetros que de 2, por eso la duda si conseguiré bajar de esas 4h30 o no. El km 41 en la misma rotonda del fuerte San Francisco Javier, y totalmente de sorpresa me pasa la liebre de las 4h30 sin posibilidad de que las pueda seguir. Paso la linea de salida, y me preparo para la subida que hay en el giro de la última rotonda, la de la anémona.


En la última subida paso el km 42, la liebre ya casi no la veo por delante, pero aún me queda la esperanza del más de minuto y medio que tardé en pasar por el arco de salida, para que mi tiempo neto sea menor de 4h30. Lucho por mantenerme en movimiento, miro el reloj constantemente. 4h27, 4h28,... Me tiene que dar tiempo.


Entro en el Queiódromo, pero no acaba, una recta y un giro más y la meta aún se ve lejísimos. Se han hecho muy largos estos últimos 195m. Veo a Merche y a María entre el público gritando, pero yo casi no puedo emitir sonido por mi garganta. Los últimos metros están siendo de un dolor de piernas tremendo. Paso por el speaker, que me saluda y dice mi nombre. Y por fin, un paso antes de cruzar la meta ya me paro, me he vaciado absolutamente, llego sin un sólo gramo de fuerza, pero la alegría de la llegada te hace recuperar todo el ánimo. Echo un vistazo al reloj y lo conseguí por muy poco, practicamente clavado mi objetivo principal. 4h29m50. Pudo haber sido mejor de haber aguantado el ritmo, pero aún así me siento totalmente satisfecho. Ha sido un maratón muy grande. Una fantástica experiencia. Despues de varias maratones muy malas, creo que he recobrado la confianza de que puedo seguir disfrutando, que aún no se ha terminado ésto como me había creído. Me ha servido para darme cuenta de lo que puedo volver a hacer y de lo que puedo mejorar en próximas maratones, que habrá que ver cuáles son.





Me dan la medalla, muy bonita por cierto. Avituallamiento con fruta, zumo, agua, powerade,... Y sobre todo una preciosa camiseta finisher de manga larga.



Esperando a Merche y a María, para ir al hotel, no me podía mover. Tuve que sentarme unos instantes en una silla. Y después de verlas, rápido andando otros quince minutitos hasta llegar al hotel, para prepararnos para irnos para el aeropuerto, que nos quedaba un largo viaje con escala en Lisboa hasta llegar a Sevilla.

Fantástico maratón y fantástica experiencia en Oporto. Muy recomendable. Para repetir.



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